Especial|03 de septiembre de 2022

En diálogo con productores: derribando mitos sobre el agro y las medidas del gobierno

El gobierno busca implementar un tipo de cambio diferencial que se estima estaría disponible sólo para la exportación de la oleaginosa soja, con el objetivo de que entren divisas extranjeras al país.

Por

Agustina Ponce

Politica Hoy

Hasta el momento, las medidas que el nuevo ministro de economía, Sergio Massa, ha tomado no son suficientes. El nuevo esquema de negociación busca aumentar la disponibilidad de divisas en el mercado cambiario mediante la estimulación de la venta de granos. 

 

La nueva medida supone establecer un tipo de cambio a $200, que únicamente se utilizaría para la liquidación de soja. Este nuevo esquema estará disponible durante el mes de septiembre y los exportadores deberán adherirse de forma voluntaria para formar parte de esta nueva medida. Mientras que al día de hoy el dólar cotiza a $138, la potencial política a implementar supondría un aumento del 31% del precio del dólar para las exportaciones de soja. 

 

Si bien es un mejor precio que acorta la brecha cambiaria, hay que aclarar determinados puntos para hacer un análisis correcto de la medida. 

 

Comenzando por algunas definiciones

 

  • Por valor FOB (Free on board) nos referimos al precio del grano puesto ya sobre el buque que lo llevará a su destino final, a este precio se lo denomina “precio en el mercado externo” (costo de mercadería en el país de origen sumado los costos del transporte de los bienes más los derechos de exportación) . 
  • El valor FAS (free alongside ship), por su parte, se refiere al precio del grano puesto en la planta del comprador (antes de ser cargado en el buque), y que se conoce como “precio doméstico” o “valor interno” del producto.
  • Una empresa exportadora basa su negocio en comprar grano en condición FAS y vende en condición FOB, y la diferencia entre ambos conceptos se conoce como 'costo de fobbing' o costo de exportación que incluye los gastos en puerto.

Retomando el análisis, para evidenciar lo que recibe como pago el productor agropecuario, debemos tomar como referencia el valor en la soja en Chicago, que nos arrojaría un valor FOB, al cual se le debe descontar un 33% de retenciones, los gastos de fobbing e impuestos

 

El resultado, descontando todo los gastos, se refleja en dólares en las tablas del MATba, al cúal para pesificar el precio el vendedor le aplica el valor del dólar oficial del Banco Nación.

 

Ejemplificando lo dicho anteriormente, si la tonelada de soja cotiza en la Bolsa de Chicago a 540 USD por tonelada, descontando las retenciones y el fobbing, nos queda un valor de 380 USD, que es lo que refleja la tabla del Mercado de Término de Buenos Aires (MATba). A ese valor se le debe aplicar el tipo de cambio oficial y de esta forma obtenemos el precio de la tonelada en pesos, que al día de hoy tendría un valor de $52,06 y esto es lo que recibe el productor. 

 

Con una brecha cambiaria del 100% y retenciones del 33%, los argentinos vinculados al sector terminan cobrando el producto de su cosecha a un precio final que es inferior a un tercio de lo que cobran los productores extranjeros. 

 

Política Hoy dialogó con productores agropecuarios, que nos explicaron cómo funciona la exportación de oleaginosas. Hicimos una puesta en común respecto de la supuesta medida que implementaría el gobierno. En su mayoría casi todos respondieron que es muy complejo analizar el resultado de la determinación porque hablamos de un sector que involucra a miles de productores e intermediarios y es muy difícil predecir cómo reaccionaría cada una de las partes e incluso un grupo determinado. 

 

“Cuando hablamos del sector agropecuario, la dinámica es diferente a la de otros rubros. Con las automotrices por ejemplo, podés negociar porque son 5 o 7, al igual que con las petroleras. Con el agro no depende de arreglar con las cerealeras o exportadoresporque ellos no son los dueños de la soja, afirmó un productor.  

 

 A su vez nos explicó “Además, hay que agregar que la soja en sí es reserva de valor, por lo cual es muy difícil predecir qué es lo que puede llegar a pasar con la potencial medida. Hoy vendes soja a 138 USD, si pagan 200 USD tal vez se vende un poco más, pero nada asegura que no se guarde soja”, y agregó que “el componente de la especulación también influye. Hay terceros que están en el medio, como acopiadores, corredores o exportadores que ya tienen posiciones compradas de soja a un tipo de cambio de 138 USD y puede que con la medida se vean impulsados a vender a 200 USD, haciéndose de una diferencia. Pero de ahí a pensar que el producto va a vender mucha soja, nadie lo puede saber” 

 

Si hacemos un análisis, podemos afirmar que es poco lo que el gobierno conoce del sector productivo y su funcionamiento. El desconocimiento por parte de la política queda reflejado con cada una de las medidas que se toman, y si bien es cierto que como políticos puede que no conozcan en su totalidad la realidad, al menos deberían preocuparse por conocerla, preguntar y entablar conversaciones, no sólo con los grandes del sector, sino que también deberían de hacerlo con los pequeños y medianos productores que son los primeros a los que les afecta el resultado de las malas decisiones

 

Sumado a esto, nunca como sociedad nos terminamos de poner de acuerdo en que las empresas y los sectores productivos tienen como incentivo ganar dinero haciendo lo que les gusta. Si el negocio no rindiera en cuanto a ganancias, lo esperado es que cierre sus puertas. Con el sector agropecuario no pasa lo mismo en este caso porque el producto funciona como moneda de cambio, por lo que no se toma la decisión de no sembrar, sino la de no vender. Es un problema de conveniencia. 

 

Sólo nos queda concluir en que en un país modelo, el gobierno se preocuparía por generar las condiciones macroeconómicas favorables y duraderas para que haya un incentivo por parte de los sectores productivos, y no se buscarían medidas salvavidas de último momento cuando se necesita del apoyo de quienes producen.