Internacionales|04 de septiembre de 2023

Francia no encuentra solución al conflicto en Níger, pierde poder en la región y Rusia y China avanzan

La crisis geopolítica se desata en un contexto internacional sumamente complejo y con potencias como Rusia y China que amenazan con quitar su hegemonía política en la estratégica región del Sahel.

Por redacción

Níger, ex colonia y aliado de Francia, se encuentra bajo una crisis política que ha conllevado a un reciente golpe de Estado al presidente Mohamed Bazoum en una región en la cual ya han sucedido 6 golpes de Estado en un plazo menor a 3 años. Dato no menor, los Estados que ha sufrido dicho impasse democrático (Sudán, Malí, Guinea, Burkina Faso, Chad y Níger), es el crecimiento exponencial de las relaciones comerciales y diplomáticas con China, Estado que ha financiado desarrollos de infraestructura con correlatos positivos para las economías nacionales del Sahel. A su vez, la presencia rusa ha dado qué hablar.

 

La presencia de Pekín y Moscú no es un dato menor e incluso puede llegar a ser una piedra angular de la problemática, donde Francia está disputando el dominio de una región clave en términos económicos y energéticos.  A su vez, París cuenta con un margen de acción reducido si tomamos en cuenta que cualquier accionar que implique el uso de la fuerza directa implicaría una crisis interna fruto de su actual composición social como así también una disputa con China sin tener fe en el apoyo norteamericano, que evitó sentar una posición determinante ante el golpe militar.

 

La relevancia de la región se vio matizada desde la época colonial y se ha reforzado en la era poscolonial con la explotación de uranio con fines energéticos. En caso de que el suministro se viese obstruido, ello impactaría en su sensibilidad por su dependencia de la energía nuclear como así también vería su vulnerabilidad empeorada debiendo derivar a otros la importación de dicha materia, quedando más vulnerable ante sus otras fuentes. Si tomamos en cuenta que dos de sus suministradores más importantes son Malí (Limítrofe de Níger intervenido en 2013 y azotado por el terrorismo yihadista) y Kazajistán (Cooptado económicamente por China) no son muy fiables ni tampoco Francia ofrece beneficios que sean inigualables (Ante China).

 

A nivel interior, las posiciones de la Junta, contando con un gran apoyo popular, giran en torno a la cuestión de la seguridad (la cual se vio impulsada ante la sugerencia de una negociación con los yihadistas por parte del presidente Bazoum), la crisis económica y un discurso anti-francés con una matriz cultural favorable a ello tras décadas de relaciones económicas asimétricas.

 

Por parte del ECOWAS se especuló una intervención militar, opción no descartada por Francia, sin embargo la cuestión se atenúa si tomamos en cuenta la influencia económica y poder blando chino en la región. Desde 2006 tras el Foro de Cooperación de China-África, han incrementado exponencialmente, ha enviado ayuda sanitaria, invertido en infraestructura, presencia con cascos azules, financiado deuda (con recursos naturales como contraprestación) entre otros. Los efectos de dichas políticas se han visto por ejemplo en la ruptura de relaciones de Burkina Faso, Santo Tomé, Suazilandia entre otros con Taiwán. 

 

Por su parte, Francia no está en condiciones de ejercerlo por la efervescencia de sus asuntos internos, falta de pedido de ayuda por parte de autoridades legítimas, apoyo por parte de aliados claves que sí lo hicieron en 2013 y por supuesto el foco en la guerra desatada en Ucrania el pasado año. Si bien cuenta con la capacidad operativa, cualquier accionar unilateral y sin un llamado propio del Estado soberano terminaría por destruir su poder blando en la región. 

 

La constante utilización de la intervención, la fuerza y otros elementos del poder duro, sumado a el contexto político e histórico, han derrumbado por completo cualquier tipo de credibilidad en la región. 

 

La viabilidad del golpe se sostiene mayoritariamente en un sentimiento antifrancés, por dicho motivo se especula la durabilidad de la junta la cual se encuentre bajo sanciones económicas en un país con una condición sumamente desfavorable. A su vez, se cuestiona la eficacia de la lucha contra el crimen organizado y el terrorismo en la región, otro de los puntos en los que Francia se muestra interesada siendo este un motivo que pierde credibilidad cunado se analiza el surgimiento de los problemas de seguridad y el inicio del extractivismo en la región.