Opinión|05 de junio de 2022

De lo centripeto a lo centrifugo

Alberto se desmembra y a Larreta lo corren por la derecha. La caída de un breve centro que no fue. 

Por

Lucas Caraffa

Politica Hoy

El hecho de que durante el período 2011-2019 las principales coaliciones políticas estuvieron comandadas por figuras como Cristina Fernandez de Kirchner y Mauricio Macri supuso un debate: la imposibilidad de consensuar posiciones debido a grandes diferencias ideológicas. En resumen: la famosa grieta.

 

Para mediados de 2019 y del 2020, dos fenómenos ocurren en simultáneo que parecían poner fin al escenario agrietado. Por parte del justicialismo, la elección y ascenso del peronismo porteño centrado en la presidencia de Alberto Fernandez, parecía darle al PJ un giro más hacia el centro. El famoso peronismo liberal progresista.

 

Por el otro lado, en Juntos, la dura derrota de Macri ponía en duda quién iba a comandar la coalición opositora.  La pandemia propició condiciones para darle centralidad política al jefe de gobierno de la ciudad autónoma de Buenos Aires. El perfil de gestión de Horacio y las condiciones pandémicas le permitieron girar efectivamente hacia el centro y acercarse tanto al presidente como a los gobernadores.

 

Durante un breve momento, la argentina existió con dos coaliciones hacia el centro, consensuando políticas de gobierno. La situación de emergencia sanitaria forzó el diálogo de las fuerzas políticas y la posibilidad de que sea la base para otros en el futuro. “Mi amigo Horacio” decía el presidente en referencia al jefe de gobierno de la Ciudad.

 

Sin embargo, la situación se tornó insostenible y el escenario se diluyó. La prolongación continuada y errónea de las políticas de confinamiento, en conjunto con la incertidumbre generada por el virus, generaron un gran malestar social, diluyendo los grandes picos de imagen que tuvo el presidente en apenas meses.

 

La oposición pasó de reconocerlo como el comandante de la batalla a tildarlo de dictador. La relación tuvo un punto de inflexión cuando el presidente por decreto cambió los porcentajes de coparticipación de la ciudad y la polémica por las escuelas cerradas se apoderó de la agenda pública.

 

¿Oportunidad perdida? Probablemente, sin embargo, hasta ese momento, los actores eran los mismos y tendían hacia el centro. Se observaban tendencias centrípetas hacia la política pública y las preferencias políticas del electorado. En una futura elección, una por el segundo mandato de Alberto contra una candidatura de Rodriguez Larreta marcaba una gran diferencia política con la disputa Cristina-Macri.

 

Sin embargo, el escenario se diluyó y lo que parecía ir hacia el centro volvió a irse hacia los polos. El escenario se volvió nuevamente centrífugo.

 

La situación económica post pandemia en conjunto con polémicas del oficialismo como fue la fiesta de Olivos, la ya mencionada problemática de las clases, el robo de vacunas pero sobre todo la continua persistencia de la inflación y caída económica mostraron la continuada línea hacia el abismo. El oficialismo cristalizó su crisis interna en dos episodios: La pérdida de las elecciones legislativas y el acuerdo con el FMI.  

 

La inflación del 5% mensual marcó en estos últimos meses un punto sin precedentes: Los demás miembros de su coalición ya no encuentran en el presidente la posibilidad de un horizonte.

 

La falta de determinación por parte del presidente y la mala situación económica lleva hasta que los soldados más fieles del Albertismo abandonen el gobierno: Gabriel Katopodis deja el ministerio de obras públicas para volver como intendente al partido de General San Martín. Jorge Ferraresi hace lo propio con el Ministerio de Desarrollo Social y Hábitat para volver a administrar Avellaneda. 

 

Las malas lenguas diran que las ratas abandonan el barco, pero todos ahi saben que la politica es un nicho de roedores.

 

Ambos negocian con la Cámpora: entendieron que frente a la impotencia presidencial, es ella el actor clave para retener sus intendencias en el conurbano bonaerense. El armado de Maximo Kirchner avanza y cada vez conquista más territorio en las zonas periféricas del AMBA. Massa también cerró con Cristina y los gobernadores se reúnen en secreto porque no saben qué hacer.

 

El presidente sumamente aislado, impotente y encerrado en una postura infantil: Como en el potrero del barrio, se creyó el dueño de la pelota y enojado, se la llevó. No entendió que la pelota eran los votos y no los recursos presidenciales. La estaticidad solo lo perjudica a él.  La institución presidencial argentina vale más por sus recursos distributivos que por otra cosa.

 

Mientras tanto el resto del peronismo se debate entre el proyecto Massa y la refugiada en la provincia de Buenos Aires. 

 

Alberto queda así capaz como lo que se pensó en un principio: el gobierno del ajuste. La figura necesaria para llevar adelante parte del acuerdo firmado con el FMI, mientras los demás actores del peronismo se despegan. En soledad, ajustando y haciendo el trabajo sucio que nadie quiere hacer.

 

Por el lado de Juntos, todo era alegría hasta las elecciones de medio término. Se había logrado mantener a la coalición unida luego de salir del gobierno, se había logrado competir en múltiples lugares internamente de manera democrática y se demostró la relación de fuerzas intrapartidaria mente. Se ganó en muchas provincias y se volvió mucho más competitivo en otras. Por segunda vez luego del 83 se le ganó al peronismo unido en la provincia de Buenos Aires. Larreta emergió victorioso: Había logrado imponer sus candidaturas y ganar tanto en la Ciudad como en la Provincia y otras partes del país

 

Sin embargo, un ruido de alerta empezó a escucharse , y en la ciudad se gestaba el fenómeno político que hoy inquieta a Juntos: Javier Milei.

 

La aparición y auge del economista, que no para de subir en las encuestas, empezó a correr por derecha a todo Juntos, en especial al PRO y sobre todo a Horacio.

 

La mesa nacional de Juntos por el Cambio se había corrido del control de Mauricio Macri, entre Larreta, la Coalición Cívica y el radicalismo había encontrado cierto equilibrio para controlar a los halcones. La aparición de Milei le dio al ex presidente la posibilidad de agitar la discusión y de reconstruir centralidad política

 

Macri y Bullrich encontraron en Milei la posibilidad de correr del medio a Larreta y se agita el fantasma de una alianza entre los halcones y el libertarianismo.

 

Mientras tanto, el jefe de gobierno empezó a hacer malabares e incluso tuvo que cambiar su estrategia política. Del mensaje zen de la gestión desideologizada pasó a definir la necesidad de reforma laboral y jubilatoria. 

 

A su vez, el ex presidente encontró un chivo expiatorio, el cual Milei cada vez que habla lo dice: El socialismo de la UCR y de la Coalición Cívica fueron los que impidieron el éxito de la gestión de Juntos. Mientras tanto, el radicalismo se ilusiona con pasar por el medio y ya definió tener candidatos propios en todos los niveles.

 

Nuevamente, hacia los polos. ¿Podrán las principales coaliciones soportar la tensión y reposicionarse hacia el centro?

 

 ¿Podrá el frentetodismo reagruparse y mantenerse unido frente a la implosión interna que vive? Gran particularidad teniendo en cuenta los antecedentes políticos peronistas, donde la regla fue que ante el derrumbe siempre alguien por fuera se hace llamar renovación. Cristina y Massa se reposicionan, mientras los gobernadores dudan. ¿Cuál será la nueva carta de unidad del peronismo?

 

¿Podrá Juntos mantenerse unido y limitar el fenómeno Milei? En primer lugar, la CC y la UCR vetaron la entrada del armado libertario a la coalición. En segundo lugar, Macri coquetea y presiona. En tercero las particularidades institucionales políticas argentinas le ponen un límite a las candidaturas de terceros partidos, no por nada el PRO necesito de la UCR para poder armar una fuerza nacional. ¿Con quién contará Milei?.

 

¿Qué estrategia utilizará Juntos para controlar la fuga por derecha?¿Acaso usará la misma que en la ciudad? Incorporar a algún liberal como López Murphy para una PASO. Espert pica en punta por los lazos que ha tenido con Larreta.