El mejor negocio en Argentina
Sorprendidos por cómo reaccionan los demás países a los índices ascendentes de inflación, solemos pensar que los mismos no saben lo que es la inflación. Cuando en realidad, somos nosotros los que no sabemos cómo vivir sin ella.
El contexto internacional, los momentos post pandemia, las emisiones monetarias que se produjeron para poder costear los gastos del sistema sanitario y sociales, son algunas de las razones por la cual en determinados países se observa un índice de inflación en carácter ascendente.
Es una contradicción, pero aunque la macro y la microeconomía argentina se deterioran a medida que pasan los años, los argentinos no sólo suelen estar acostumbrados a los altibajos, sino también saben cómo manejarse ante los mismos.
La conciencia argentina ha reaccionado de manera similar a lo largo de diferentes periodos de tiempo, llevando a que el dólar se convierta poco a poco en un tema de relevancia política y pública para sectores sociales cada vez más amplios.
Nos hemos acostumbrado a vivir con inflación, pero además, nos acostumbramos a la incertidumbre, ya que, paralelamente, más allá de no poder comprar dólares, el mismo tiene más de 4 valores diferentes, los cuales son todos correctos.
A continuación, uno por uno, los tipos de dólar que actualmente están vigente en el país:
- Dólar oficial: es controlado por el Banco Central y tiene dos canales, el minorista y el mayorista. El minorista es el tipo de cambio de referencia, que se toma de base para calcular otras cotizaciones del mercado. El mayorista, en cambio, es la cotización de referencia en el mercado exterior.
- Dólar ahorro (o solidario): es la divisa que obtienen quienes compran el oficial para ahorro o turismo. Para conocer su precio, al dólar oficial minorista se le debe agregar un 30 por ciento correspondiente al impuesto PAIS y otro 35 por ciento a cuenta de Ganancias y Bienes Personales. Solo algunas personas pueden acceder a comprar dólares a este precio, y cada uno de ellos solo puede adquirir hasta US$200 mensuales.
- Dólar tarjeta (también llamado turista): es el valor para quienes utilizan su tarjeta para pagar servicios en dólareso consumos durante viajes al exterior. Siempre y cuando no se supere el tope de 300 dólares mensuales, la cuenta para conocer el valor de esta divisa es la siguiente: sobre la cotización del dólar oficial se hace una carga del 30 por ciento del impuesto PAIS y un 45 por ciento a cuenta de Ganancias.
- Dólar Qatar: este tipo de cambio se aplica a aquellas personas que tengan consumos mensuales mayores a 300 dólares con tarjetas de crédito y débito (y para pasajes al exterior y paquetes turísticos en el extranjero). Para conocer su valor, hay que sumarle al tipo de cambio oficial el 30 por ciento del impuesto PAIS y un 45 por ciento a cuenta de Ganancias (hasta acá es igual al dólar tarjeta). Pero, a su vez, se le debe añadir un 25 por ciento a cuenta de Bienes Personales. Es importante aclarar que ese valor no aplica solo sobre el excedente del consumo, sino sobre el total. Además, en caso de que se utilicen tarjetas de distintos bancos, el tope mensual sigue rigiendo, dado que se determina por CUIT.
- Dólar Netflix: es la cotización que se realiza para pagar los servicios de streaming de videos y música de proveedores del exterior como, por ejemplo, HBO, Spotify y Amazon Prime. Para calcularlo, se le aplica un 8 por ciento de impuesto PAIS, pero se debe tributar un 21 por ciento de IVA y el 45 por ciento a cuenta de Ganancias. Es decir, cuando un argentino contrata este tipo de servicios, tiene que tener en cuenta que obtendrá un 74 por ciento de recargo.
- Dólar Netflix Qatar: debido a que los consumos de servicios de streaming, como Netflix, son parte del cupo de US$300, si al finalizar el mes, el contribuyente gastó en moneda extranjera más del tope, además hay que sumarle al tipo de cambio el 25 por ciento de percepción a cuenta de Bienes Personales.
- Dólar de lujo: para la compra de este tipo de artículos en el exterior (en el que entran automóviles y motos de alta gama, jets privados, embarcaciones de uso recreativo, bebidas alcohólicas premium, relojes, perlas, diamantes, piedras preciosas, máquinas tragamonedas y máquinas para minar criptomonedas, entre otras), es necesario hacer la siguiente cuenta: al tipo de cambio oficial mayorista hay que sumarle el 30 por ciento de impuesto PAÍS, el 45 por ciento de percepción a cuenta de Ganancias y el 25 por ciento de percepción a cuenta de Bienes Personales.
- Dólar Coldplay (o cultural): es la divisa diferencial para el pago de artistas del exterior que vienen al país. Para conocer su precio, al dólar oficial hay que sumarle el 30 por ciento del impuesto PAÍS. Esto significa que para las productoras será más caro contratar a los artistas y ofrecer servicios culturales internacionales y, además, es posible que genere un aumento en las entradas de los espectáculos.
- Dólar blue (o paralelo): es el nombre con el que se conoce a la moneda comprada en el mercado ilegal. Se trata de la forma más común de acceder a la divisa estadounidense para la mayoría de los argentinos, aunque está por fuera de los límites gubernamentales.
- Dólar turista extranjero: este cambio diferenciado permite a los turistas no residentes vender divisas al valor de referencia del dólar en el mercado financiero por un monto máximo de 5000 dólares mensuales, en las entidades reguladas por el Banco Central autorizadas a operar en el mercado de cambios.
- Dólar bolsa (o MEP): quien no quiere comprar dólares fuera del sistema financiero formal tiene la alternativa del “mercado electrónico de pagos” (MEP), que es una forma legal de obtener divisas a través de la compra y venta de bonos que cotizan en pesos (como el AL30). Luego, se los convierte al mismo bono que cotiza en dólares y, así, se los vende en moneda extranjera.
- Dólar CCL (dólar “contado con liquidación”): es otra herramienta financiera, pero esta permite cambiar pesos por dólares en el exterior. Para muchas empresas e inversionistas es la principal forma de adquirir divisas y sacarlas del país legalmente. En este caso, se compran acciones o títulos de deuda en pesos que coticen en el país y, a su vez, en otro mercado internacional. Al igual que el dólar bolsa, se compran en pesos, pero luego esos activos se transfieren a la cuenta en el exterior y se venden a cambio de dólares.
- Dólar Tecno: consiste en exceptuar a las empresas del sector tecnológico que realicen inversiones superiores a tres millones de dólares de la obligación de liquidar un monto equivalente al 20 por ciento en el Mercado Único Libre de Cambios, cuando se trate de la radicación de nuevos negocios. Las firmas del sector podrían disponer libremente, de forma trimestral, del 30 por ciento del aumento de sus exportaciones respecto de 2021 y a ese porcentaje se podría sumar un 20 por ciento adicional si radican nuevos negocios en el país. Este tipo de cambio no tiene fecha de caducidad y se planificó para mantenerse en el mediano plazo, independientemente del contexto de las empresas del rubro.
- Dólar amigo: es la cotización pactada entre dos particulares para intercambiar moneda extranjera por pesos de forma privada. Por lo general, se toma como referencia el precio del blue y se hace un promedio entre el valor de venta y el valor de compra.
- Dólar Senebi: a través del Segmento de Negociación Bilateral (Senebi), dos contrapartes privadas pactan el valor del dólar. En este caso, una empresa que tiene pesos en la Argentina y necesita dólares en el exterior busca a una firma que tenga dólares afuera del país y necesite moneda local. No intervienen organismos oficiales y, al ser un acuerdo entre privados, su valor no aparece en pantallas.
- Dólar Cedear: los pesos también se pueden dolarizar de manera indirecta mediante la compra de Certificados de Depósitos Argentinos, más conocidos como Cedears. Representan acciones de las grandes empresas del mundo (como Disney, Apple y Coca-Cola) y se pagan en pesos, pero están atadas a la cotización del dólar CCL. El tipo de cambio varía dependiendo de la empresa.
- Dólar cripto: a diferencia del resto de las cotizaciones, esta opción está en constante actividad y no se detiene, sin importar horarios, fines de semana o feriados cambiarios. Se accede a través de las plataformas exchange, donde se pueden adquirir, entre otras divisas, monedas estables, llamadas stablecoins, las cuales tienen paridad con el dólar.
La economía argentina atraviesa un problema crónico de falta de divisas. A su vez, el gobierno implementa medidas cada vez más rígidas dentro del control de cambios para que las mismas no se fuguen. En contrapartida, estas decisiones desincentivan las inversiones porque no hay reglas de juego claras.
Cada uno se enfrenta todos los días a la toma de decisiones y desafíos que implican optar por tomar uno u otro camino. El gobierno también toma decisiones evaluando las diferentes opciones posibles. Lo que sacrificamos y dejamos de hacer en una elección, por tomar otra alternativa, en economía lo llamamos costo de oportunidad.
La pregunta ante esto es si realmente las medidas llevadas adelante, son la mejor alternativa. ¿A quién benefician? ¿Quienes son los perjudicados? Supuestamente el Impuesto PAIS, que se aplica a la mayoría de los tipos de dólares explicados con anterioridad sería útil para cooperar con los sectores más desfavorecidos.
El gobierno entiende que la fuga de capitales afecta a todos, porque los resultados de la macroeconomía se reflejan en el mercado interno. Sin embargo, parece no comprender que el control de cambios y la falta de reglas claras no fomentan la inversión, por lo que nos encontramos insertos en una paradoja de la cual parece que no tenemos salida.
La situación es compleja y no es fácil formar parte de quienes toman las decisiones. Todo tiene un costo que debe ser sorteado porque nada es gratis y la constante del oficialismo parecen ser las medidas cortoplacistas como el nuevo plan de cuotas “Ahora 30” que combina con la mayor propensión a consumir, situación generada por la tasa de interés real negativa y el desincentivo para poner en plazo fijo los ahorros.
A su vez, la administración actual parece no hacerse cargo de las decisiones que toma, convenciéndose de que otros, generalmente quienes forman parte del sector productivo, son los responsables de la crisis que estamos atravesando. Esta responsabilidad también la derivan en la sociedad y los medios, los cuales, según la gestión actual, son los responsables de los discursos de odio y de mostrar el valor del dólar en una pizarra, generando, según ellos, incertidumbre e inestabilidad.
Sostengo entonces que como sociedad tenemos cierta cuota de responsabilidad, como así la tiene el gobierno mismo ante la toma de decisiones. Nos afecta la situación económica, pero al mismo tiempo se celebran las medidas a corto plazo que se implementan, como si fueran la solución a los problemas que se presentan.
Como sociedad, no ejercemos la presión necesaria, ni no nos escandalizamos ante la situación porque nos hemos acostumbrado a vivir con el problema, sumado a que gran parte de los argentinos no están dispuestos a sortear las dificultades que conllevan las medidas a largo plazo.
Reclamamos por un país mejor, que queremos de la noche a la mañana, cuando sabemos que el mismo será fruto de un trabajo de décadas, pero también hay que ser conscientes de que hay quienes no pueden esperar más. Es necesario trabajar en fomentar políticas de Estado que sean acompañadas por cualquier bandera política, desarrollando la confianza necesaria para que dé una vez por todas se incentive a que el mejor negocio en Argentina no sea comprar dólares, como sí ocurre hace décadas, a pesar de las restricciones.