Opinión|29 de marzo de 2023

Liberalismo Nac & Pop

Desde sus inicios, el liberalismo fue, como señala Alan Ryan, una corriente de pensamiento contraria a cualquier tipo de tiranía, entonces ¿Por qué ser liberal tiene tan mala prensa?

Por

Alejandro Gunsberg

Docente e investigador

¿Puede ser popular el liberalismo? Sin lugar a duda la respuesta es un rotundo si. Entonces, ¿por qué no es popular? ¿Por qué ser liberal tiene tan mala prensa?

 

Un primer atisbo de respuesta está en la comprensión reducida respecto de lo que es el liberalismo. Habitualmente, suele destacarse el aspecto económico en detrimento de lo político o bien de una versión más completa respecto de sus características.

 

Vale recordar que, desde sus inicios, el liberalismo fue, como señala Alan Ryan, una corriente de pensamiento contraria a cualquier tipo de tiranía.  Estas amenazas provienen, principalmente, de los gobernantes y de la sociedad en general. La cuestión económica queda en un segundo plano.

 

El rol secundario de la economía también se manifiesta en un aspecto lógico respecto de la propiedad privada. El concepto de propiedad privada es más basto que simplemente los bienes que una persona puede adquirir. La primera y principal propiedad privada es la vida y el cuerpo de las personas. Proteger la propiedad privada es, por consiguiente, cuidar de estos aspectos centrales. Asegurado el cuerpo y la persona, es posible que está adquiera o produzca bienes a partir del trabajo.

 

La protección de la persona no se agota aquí. También incluye su libre desarrollo, lo cual implica la posibilidad de suscribir a cualquier estilo de vida, religión o filosofía comprehensiva sin ser molestado por ello. El único límite a la libertad individual es el daño real a terceros. Personalmente, la menta granizada me parece desagradable, pero no puedo impedir que otros consuman este sabor de helado por el sólo hecho de que a mi me desagrade.

 

¿Es posible oponerse a estas ideas? ¿Podría alguien negar el derecho de cualquier persona a su libre desarrollo corporal y mental? Posiblemente la respuesta sea un rotundo no. Entonces, ¿por qué no es popular el liberalismo?

 

Otro punto conflictivo y también mal interpretado se presenta en relación con el Estado. ¿Por qué un Estado pequeño? ¿Por qué limitar su rol? El Estado puede definirse como una organización territorial que reclama para sí el monopolio legal y legítimo de la violencia. Este monopolio es lo que le permite asegurar el cumplimiento de la ley, pero al mismo tiempo representa una amenaza.

 

¿Qué sucede si se utilizase la fuerza pública para obligar a las personas a escuchar determinado tipo de música? Sin dudas, nos encontraríamos frente a una tiranía. Ahora, ¿y si dicha asociación utilizara la coacción para recaudar fondos para promover la lectura infantil?

 

El liberalismo no se opone a la promoción de estas nobles causas, por el contrario, podríamos decir que las promueve a través de la acción de privados que libremente deciden dispensar fondos para este menester.

 

El problema radica en la utilización de la fuerza pública para forzar a las personas a hacer cosas que de otro modo, no estarían dispuestas a hacer.

 

Cabe destacar que el mundo liberal es variopinto y que en su interior existen distintos grados de aceptación de intervención estatal. No obstante, la cuestión de fondo es común a todas sus variantes: ¿Quién controla al Estado? Una entidad con el poder de coaccionar a los ciudadanos y disponer reglas de comportamiento general es una amenaza latente. Quizás en el presente nos parezca exagerado y consideremos que los reyes arbitrarios son cosa del pasado.

 

Empero, no existen garantías respecto del futuro y una forma de ser precavidos frente a los abusos de poder es recortar el margen de maniobra de los gobernantes de antemano. La precaución nunca está de más.

 

El liberalismo, como corriente de pensamiento, pecaría de ingenuidad si considerara suficiente un entramado institucional que restringa el poder de los gobernantes. Dado que la sociedad se compone primariamente de individuos, son estos quienes poseen la facultad de formar o derribar gobiernos a través de su voto. Tampoco tenemos la seguridad que este mecanismo de control sea eficiente.

 

Por este motivo, la libertad aparece nuevamente como respuesta. La posibilidad de manifestarse en cualquier momento frente a una medida gubernamental ya sea a través de los medios de comunicación, redes sociales, una manifestación o crear una asociación de personas dispuestas a cambiar la realidad, es otra valiosa herramienta para proteger a los individuos.

 

Si el liberalismo promueve y protege la libertad individual en un sentido amplio, ¿por qué es tan impopular? En varias ocasiones, se acusa al liberalismo de ser atomista y de derruir los lazos sociales. ¿Qué hay de verdad en todo esto? El hecho de tomar a los individuos como elemento mínimo de la sociedad implica que para el liberalismo no existe nada más importante que las personas y sus vidas (independientemente del contenido que las personas deseen darle).

 

Por este motivo, defender a las personas de la coacción de otros es capital. Esto no implica que los lazos sociales se deterioren, sino que su constitución no debe ser a costo de la libertad individual.

 

Las ideas aquí vertidas dan cuenta que el liberalismo, incluso con sus matices, puede ser compatible con cualquier tipo de sociedad. Su único requisito taxativo es la tolerancia.

 

Entonces, nuevamente vuelvo a preguntar, ¿Por qué no es popular? Personalmente todavía no tengo una respuesta concluyendo, pero espero haber contribuido con mi granito de arena a mejorar su reputación.