Un exultante Massa concentró la atención de todos los medios ante un abatido y solitario Alberto Fernández
Massa no solo asumió un ministerio, sino también el manejo del país.
La semana pasada vivimos un hecho inédito en la historia de la República Argentina, finalmente Sergio Tomás Massa tomó juramento como Superministro de Economía de la Nación y asumió como líder real del País, mientras que por el otro lado se va un abatido Alberto Fernández.
Los expertos en gestualidad aluden a la cabeza gacha con el derrotismo, con sentirse abatido y estar derrotado. En los hechos, el presidente será Massa, y Alberto Fernández tendrá un rol más protocolar recibiendo figuras internacionales. Alberto perdió la batalla contra la inflación, contra todos los sectores de la economía y contra la clase media y baja que lo puso allí donde está.
Sin dudas, Alberto Fernández será recordado como un pésimo presidente casi a la altura de Fernando de la Rúa.
Por otro lado, la llegada de Sergio Massa al superministerio con manejo del país le da a los argentinos esperanza, esperanza que se vio en la despedida de de la Cámara de Diputados, y ni hablar de la asunción del nuevo ministro,que parecía la de un presidente o incluso la del salvador de la Patria.
Massa es el hombre ideal para estos tiempos: pícaro, inteligente y con relaciones aceitadas en todos los sectores, desde el bancario nacional Jorge Brito (h), pasando por la UIA con el "Vasco" De Mendiguren y hasta con el campo.
Hasta Nancy Pelosi (tercera en la línea de sucesión de los Estados Unidos) celebró el cambio y le auguró que revertiría la crisis, que si lo logra automáticamente tendrá el sillón de Rivadavia a su disposición.
Incluso el Whashington Post lo mencionó a Sergio Massa como el hombre que puede revertir la situación y convertirse en Presidente argentino. Sus vínculos lo apoyan, la gente y la liga de Gobernadores también.
Las fichas se reorganizaron en el tablero, y si, finalmente las maneja