Opinión|26 de mayo de 2022

Un presidente sin rumbo y fuera de la realidad Argentina

Con el miedo no se puede llegar a ningún lado, o termina huyendo como De La Rua, o con una hiperinflación como Alfonsín.

Por

Matías Logarzo

Analista Político

El sillón de Rivadavia le quedó enorme. Alberto Fernández se encuentra, sin dudas, en su peor momento político, sin un rumbo claro y cada vez más solo y confundido, se lo ve aturdido, incluso compartiendo rasgos con Fernando De la Rúa.

 

Sin duda Alberto es el mejor jefe de campaña que tiene Milei, Macri, Larreta y Patricia Bullrich ya que, de seguir así, se encamina a una derrota segura en las presidenciales de 2023. Aunque sinceramente, desde quien suscribe este artículo, entiende que no tiene ninguna posibilidad de presentarse ya que carece de territorio, y un presidente sin territorio es un presidente débil. 

 

Un dirigente peronista de peso vaticinó, “Alberto es una máquina de tomar malas decisiones”.

 

El problema de los precios de los alimentos

Un presidente tiene que garantizar que todos los argentinos coman, y eso Alberto pareciera no entenderlo. Ante un contexto de guerra, donde suben los comodities, y por ende las materias primas como el trigo, el presidente pareciera estar en la luna de valencia, hasta que dos meses después de comenzada la guerra manifestó con su tenue voz: (sic) “la mejor manera de bajar y congelar el precio de los alimentos en la argentina es con una pequeña suba en la alícuota de exportación, por ejemplo de trigo, pero daniel, en este momento no  creo poder hacerlo tengo miedo a una protesta masiva y tengo miedo a perder en el congreso Le manifestó a Daniel Tognetti, en su programa de radio.

 

¿Miedo, Un Presidente de la Nación?

Debe quedar claro después de este raro experimento que no cualquiera puede ser Presidente de la Nación,  y que además de astucia se debe tener carácter, o como se dice en el barrio “sangre”.

 

La pregunta que debería hacerse Alberto es si los combatientes de Malvinas tuvieron miedo de volar al ras del mar con peligro de estrellarse peleando en una guerra desigual; o si Maradona evitó hacer un gol con la mano por miedo a que le sacaran tarjeta roja, o encarar desde atrás de la mitad de la cancha y desparramar a cuanto inglés se le cruzaba en el camino; o si el Gral San Martín tuvo miedo de liberar a la Argentina y a los países hermanos.

 

Menos mal que él no fue San Martín, porque seguiríamos bajo el régimen de la corona española. Lo que le faltan son bolas, sangre. Le faltan los ovarios de Cristina, las bolas de Milei, de Macri y de Patricia Bullrich.

 

La conclusión es breve, tiene las cartas marcadas, o termina como De la Rúa huyendo o como Alfonsín con una hiperinflación.

 

Sin ánimo de ser destituyente, hoy debería o dar un paso al costado y ofrecerle a Cristina Kirchner (que fue quien lo puso ahí) que se haga cargo del país, o bien llamar a elecciones anticipadas. Sin saber interpretar los gestos, hasta los gobernadores se reúnen sin darle lugar a su propio presidente. 

 

 

“El hombre valiente no es aquel que no siente miedo, sino aquel que lucha y lo conquista" Nelson Mandela).